Creí
que nunca volvía, no fue así.
No
se puede perder aquello que nunca se ha tenido, nunca se ha amado y tampoco
añorado, así como como lo querido, amado y anhelado, no se puede olvidar,
porque la vida lo ha de traer, de día, de noche o al atardecer, cuando el sol
comienza a caer y la luna romántica inicia su tarea de inspirar las mentes
románticas y encender el lívido de la pasión, muchas veces encerrado en una
canción.
Lo
que se había callado, pero jamás olvidado, hoy llegó como cual ave llega a un
nido que nunca habito, nuevamente el corazón late más rápido, pero la razón se
hace cargo de la pasión, dejándola en el recuerdo de la juventud que juró amar como
la pureza de una flor y el brillo del sol.
Miro
hacia atrás para ver lo que he hecho y dejado de hacer, para ver la huella que
he dejado, tratando de ser mejor, de olvidar, de recordar, miro hacia atrás para ser testigo de aquello que partió,
que no volverá, cada idea, cada proyecto, sueños que iba dejando fluir, miro
hacia atrás y los años pasaron como un abrir y cerrar de ojos, miro hacia atrás
y ya no estas.
Mas
hoy, sin nada que esperar, mi corazón latió más fuerte, se ilusionó y
volvió a cantar, la imagen ya no es la
misma, los sueños ya fluyeron, pero despertó el recuerdo de aquel amor, limpio,
sublime, pleno de sueños, cargado de felicidad y alegría.
Eras
tan diferente, que quizá no pueda expresar lo que en ti pueda encontrar,
maravillosa, hermosa, joven y liberal
como el agua del rio que lleva gran caudal; no espero hacerte cambiar porque
así lograste despertar una inmensa curiosidad, anhele que pudieras encontrar el
amor y la felicidad.
Ahora
nuevamente estas, que felicidad, más, de mí nunca serás y para ti estaré
Para
ti,